1. ¿Qué es una Epicondilitis?
La epicondilitis, también conocida como “codo de tenista”, es una patología de la cara lateral del codo provocada por la inflamación dolorosa de la inserción de los tendones extensores de muñeca y dedos en el hueso (el llamado epicóndilo).
Esta lesión no sólo aparece asociada a deportes de raqueta (tenis, pádel…), sino que puede producirse en diversas actividades manuales de repetición (informática, peluquería, mecánica…).
2. ¿Cuáles son los síntomas de una Epicondilitis y cómo lo diagnosticamos?
Los síntomas típicos de esta patología son dolor de codo en su cara externa que aumenta con los movimientos que implican agarre o extensión de muñeca. Frecuentemente el dolor del codo se irradia hacia el brazo o hacia la muñeca.
En algunas ocasiones el dolor puede ser como un calambre que se irradia hasta la punta del tercer y cuarto dedo. Con el paso del tiempo los pacientes refieren pérdida de fuerza generalizada en el brazo afectado.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. En ocasiones realizamos una radiografía, una ecografía o una resonancia para descartar otras patologías.
3. ¿Por qué se produce una Epicondilitis?
El origen de la patología se encuentra generalmente en un exceso de actividad de forma repetitiva o una sobrecarga sobre los tendones. Esto provoca una inflamación dolorosa inicial y un proceso cicatricial posterior en el tendón.
En los casos en que esta cicatrización no se realiza correctamente, ya sea por tratamiento incorrecto o por vuelta a la actividad que lo originó, puede derivar en un proceso crónico que se perpetúe en el tiempo.
Para evitar esto es importante realizar un diagnóstico correcto desde el inicio, pues no todos los dolores de codo son epicondilitis y requieren de un especialista que los distinga y acorte los tiempos de resolución.
4. ¿Existe tratamiento para la Epicondilitis?
En los estadios iniciales de la enfermedad es posible realizar un tratamiento local de la inflamación con frío / calor, masaje, ejercicios y una cinta ortopédica específica que disminuya la presión de la zona afectada. A esto se suele añadir fármacos antiinflamatorios y tratamientos de fisioterapia para mejorar los síntomas a corto plazo.
Cuando esto no es suficiente se pueden realizar infiltraciones con corticoide o factores de crecimiento para solucionarlo.
En los casos en que el tratamiento no mejore la sintomatología puede estar indicado la cirugía para limpiar la cicatriz dolorosa. Para ello lo mejor es que hables con un especialista en cirugía de codo.