- 1. ¿Qué es una fractura de Escafoides?
- 2. ¿Cuáles son las causas de una fractura de Escafoides?
- 3. ¿Cuáles son los síntomas y cómo se diagnostica una fractura de Escafoides?
- 4. ¿Qué tipo de fracturas de Escafoides existen?
- 5. ¿Cuándo se opera una fractura de Escafoides?
- 6. ¿Cuánto tiempo de recuperación precisa una fractura de Escafoides?
- 7. ¿Pueden existir complicaciones en una fractura de Escafoides?
1. ¿Qué es una fractura de Escafoides?
El escafoides de la mano es un pequeño hueso que forma parte de los huesos del carpo, que junto con el radio y el cúbito, permiten los movimientos finos de la muñeca.
Su rotura supone la segunda fractura más frecuente del miembro superior (tras las fracturas de radio distal) y es muy importante realizar un diagnóstico precoz, pues la ausencia de tratamiento puede conllevar graves complicaciones.
2. ¿Cuáles son las causas de una fractura de Escafoides?
Las fracturas de escafoides se producen por un traumatismo, generalmente por una caída sobre la palma de la mano.
Son frecuentes en pacientes jóvenes tras un traumatismo deportivo, automovilístico o de trabajo.
3. ¿Cuáles son los síntomas y cómo se diagnostica una fractura de Escafoides?
Los síntomas típicos de esta patología son dolor e inflamación en la “tabaquera anatómica” (la parte de la muñeca justo debajo del pulgar), que aumentan a la movilización o al realizar fuerza con la muñeca. En ocasiones los síntomas son leves, por lo que es importante tener alto grado de sospecha.
El diagnóstico lo confirmamos con una radiografía simple (que pueden ser normales los 15 primeros días), un TAC o una Resonancia.
4. ¿Qué tipo de fracturas de Escafoides existen?
Podemos diferenciar dos grandes grupos de fracturas:
- Fracturas NO DESPLAZADAS: son fracturas que no se han movido de su posición original. En ocasiones pueden incluso pasar desapercibidas. En estas lesiones indicamos tratamiento conservador ortopédico con yeso normalmente (de 6 a 12 semanas).
- Fracturas DESPLAZADAS: son aquellas fracturas que se han movido de su posición original. Estas fracturas tienen riesgo de no consolidar o cicatrizar y precisan de cirugía la mayoría de las veces.
5. ¿Cuándo se opera una fractura de Escafoides?
La necesidad de operar una fractura de muñeca viene determinada por varios factores como son:
- Tipo de fractura: las fracturas desplazadas se deben operar.
- Ausencia de consolidación: cuando la fractura no une en un tiempo prudencial hay que cambiar el tratamiento conservador por quirúrgico
- La necesidad de acortar el tiempo de tratamiento: sería una indicación relativa a necesidades individuales.
En los casos que indicamos cirugía, lo habitual es fijar la fractura con un tornillo intraóseo, aunque se pueden utilizar agujas o incluso una placa. Esta operación se puede realizar mediante cirugía abierta o percutánea.
Nosotros preferimos esta última pues es una cirugía mínimamente invasiva en la que nos asistimos con una artroscopia (cámara con la que vemos el interior de la articulación) con la cual podemos ver la correcta colocación de la fractura así como diagnosticar lesiones asociadas que podrían pasar desapercibidas con otros métodos.
6. ¿Cuánto tiempo de recuperación precisa una fractura de Escafoides?
El tiempo de recuperación va a depender del tipo de fractura, del tratamiento indicado y es diferente en cada paciente.
Lo habitual es que cuando realizamos tratamiento conservador la inmovilización sea de 6-8 semanas, aunque en ocasiones se pueden necesitar hasta 3 meses. Luego es frecuente que se precisen 1-2 meses de rehabilitación.
En los casos de cirugía los tiempos de inmovilización pueden acortarse a 2-3 semanas, aunque esto dependerá de que no exixtan lesiones asociadas, en cuyo caso puede requerir un periodo mayor. La rehabilitación puede alargarse hasta 4-6 meses.
7. ¿Pueden existir complicaciones en una fractura de Escafoides?
El escafoides es un hueso con una vascularización (la irrigación de sangre que le llega) muy precaria. Debido a esto, cuando se produce una fractura, esta vascularización puede empeorar y el riesgo de ausencia de consolidación o incluso de necrosis (infarto o muerte del tejido) es muy elevado.
Debido a esto se pueden requerir varias cirugías con injertos óseos y vasculares de alta complejidad. Es por esto que es vital un diagnóstico precoz y un tratamiento correcto, pues aún no pudiendo eliminar ese riesgo completamente, si disminuye.
Además de esta complicación puede aparecer rigidez por la inmovilización y otros riesgos inherentes a cualquier cirugía como infección, dolor postoperatorio…